Durante mi carrera en Ciencias de la Computación, siempre sentí que todos mis compañeros tenían al menos una asignatura preferida, pero yo iba ya por la mitad de mi título y no podía encontrar nada que me motivara a seguir en la universidad. En 2018, mientras estudiaba para los exámenes, alguien me dió un pequeño papel donde estaban buscando un desarrollador para un nuevo proyecto, pero decidí ignorarlo.
"Probablemente sea una estafa o algo así."
Cuando por fin terminó el semestre, mientras desempacaba las cosas de mi maleta, apareció otra vez el papel.
"¿Debería de enviar mi CV? ¿Qué es lo peor que puede pasar? Además, ofrecen un buen salario para ser estudiante."
Así que decidí enviarles un correo preguntando por la vacante, y gracias a ese pequeño momento de motivación, mi vida cambió completamente. Así fue como comencé a trabajar en Truora, una startup de validación de antecedentes que ni siquiera tenía nombre en ese momento. Pero tres años después, en 2021, estaría presente en Colombia, México, Chile, Brasil y Panamá. Ahí aprendí lo que es ser parte de una startup desde el inicio, a construir proyectos desde cero, a levantar capital, liderar equipos, entender los requerimientos del producto, y cómo crecer de una forma exponencial. Pero lo más importante, fue que descubrí que esa motivación que estuve buscando durante estos años, la encontré en esos proyectos que buscan mejorar un poco nuestro día a día, un paso a la vez.
Disfruto mucho diseñar, desarrollar, cocinar, tomar fotos y jugar videojuegos.